lunes, 30 de julio de 2007

otro CoCo, esta vez curioso

A ver si a alguien le suena de algo esta cabecera:


Me alegra saber que mi cutre-diseño para el blog, elaborado con el Paint y mucho amor, ha inspirado a los de okupatutambien (interesante web, sobre todo por el mapa) para crear su propia cabecera.

Ya van dos CoCos. Acordaos del otro que ya conté por aquí.

viernes, 27 de julio de 2007

que le den la oreja al de la plancha!

tintoreria

pese a todo lo que he visto por estos lares, me siguen sorprendiendo algunos nombres que ponen los madrileños a sus tiendas.

En este enlace, un detalle del escaparate que no tiene precio.

domingo, 22 de julio de 2007

Casa Mingo, un pollo indispensable

no he comentado ningún lugar en esmadríz! que ya haya aparecido en La Cuchara. Ellos lo hacen fenomenal y creo que no hay necesidad de repetirlo, porque seguro que me quedaría peor. El otro día me extrañó no encontrar una entrada dedicada al Casa Mingo (al parecer busqué mal, aunque la entrada la escribió uno de sus lectores), ese mítico restaurante asturiano pegado al parque de La Bombilla. Así que aprovecho la ocasión y me apaño un post de este lugar de conocimiento indispensable.

En Madrid hay decenas, tal vez cienes, de restaurantes asturianos. Me encantan casi todos, pero he de reconocer que por Casa Mingo tengo especial predilección. No por lo variado de su oferta ni por sus precios (aunque es bastante baratillo), sino por ese algo mezcla de lo anterior, unido a la situación geográfica (entre Príncipe Pío y un parque la mar de agradable) y a su terraza que -para mí- lo hacen especial.

Ir a Casa Mingo es ir a comer pollo. Y a beber sidra. Es un binomio indispensable y que se puede combinar con una ensaladita como acompañamiento (no la recomiendo especialmente) o bien una buena empanada o chorizo a la sidra (estos están mejor).

Para dos personas con hambre, un pollo puede ser suficiente. Bien regado con sidra de la casa. Como se puede comprobar en la foto de la izquierda, está (o estaba) de rechupete.

Mi recomendación: súbete a la terraza que tienen arriba (se accede desde el exterior). Las vistas al balcón de Rosales y la brisa que corre allí en las noches de verano son inmejorables.

Un plan perfecto para cenar antes de ir al cine de verano del Parque de la Bombilla.

Paseo de la Florida (Metro Príncipe Pío) de lunes a domingo hasta la 1.00? Unos 15 € la cena para dos con botella de sidra, pollo y ensalada.

martes, 10 de julio de 2007

así era el metro

Lo he descubierto gracias al blog del metrero. En dos películas españolas se puede comprobar cómo era el metro décadas atrás.

No os perdáis a José Luis López Vázquez subiendo por las escaleras de la parada de Plaza de España en Un vampiro para dos. Como podréis comprobar, los apretones en el suburbano no son cosa de ahora.


En el segundo vídeo, de la película Cuentos eróticos, no termino de reconocer la estación del principio. Luego salen Lavapiés, Retiro o Las Musas.

miércoles, 4 de julio de 2007

el Boñar de León: cantidad vs calidad, la eterna disputa

hace poco comentaba con alguien que hay lugares recónditos de Madrid que no salen en ninguna guía, pero que todo el mundo conoce. El Boñar de León es uno de esos sitios, aunque no sé si para bien o para mal.

Hacía meses, tal vez años, que no me pasaba por allí, pero esta sección de esmadriz! se quedaría huérfana sin un post que hablara de él, así que no tuve más remedio que pedirme una cañita en este -digámoslo sin miedo- histórico bar en cuanto al tapeo madrileño se refiere.



Los meses de verano (y alguno de primavera) el Boñar monta una terracita en la calle que enlaza la Cruz Verde con San Bernardo. Allí se está muy a gusto, aunque las consumiciones son caras y no se aprecia en todo su esplendor el valor que atesora el bar. Esta vez renuncié a la comodidad y me metí dentro, en su minibarra.

El interior es como el de cualquier otro bar de viejos provinciano: máquina recreativa, aperos de labranza y referencias regionales colgados de las paredes, foto del pueblo leonés del dueño del bar, alguna que otra cucaracha

Sin embargo, pronto encontramos algunas peculiaridades. La primera es la tapa que sirven con la bebida: una generosa ración, muchas veces de paella, otras de cocido maragato (este más en invierno) o patatas, como tocó esta vez.

El sabor del plato no es el mejor de los posibles, pero las cantidades ingentes lo compensan todo. Como la gente suele decir, "en este bar, con dos cañas ya has comido".

Otro de los complementos estrella son las servilletas, en las que el sr. Boñar asegura que invitará a un viaje a Canarias con todos los gastos pagados (premio muy de los 80) a aquel que se consiga comer de un tirón un cocido leonés. Anticipo desde aquí que la tarea es hercúlea. No lo intentéis si no queréis acabar con vuestro estómago a lo Homer Simpson.

Porque en este bar también se puede comer. De hecho, con un poco de suerte el dueño, que prefiere que la gente esté cómoda en su local, os hará pasar con vuestras cañas a la zona de comedor, para que las disfrutéis más a gusto. Aprovechad entonces para mirar a vuestro alrededor y ver las mastodónticas raciones que tienen en sus platos los comensales de las mesas adyacentes.

Si alguna vez os atrevéis con la comida, que no se os olvide hacer un huequito en el estómago para la caja de nicanores que os sacarán al final. De rechupete, oiga.

En resumen, un bar muy apañado sólo apto para estómagos con pocos escrúpulos y personas que no den demasiada importancia a la higiente hostelera. Si ese es tu perfil, ya estás tardando en tomarte allí un par de cañas.

C/ Cruz Verde (Metro Noviciado) de lunes a domingo hasta las 0.00-1.00 1,50 cada caña (2-2,50 € en terraza).