miércoles, 9 de mayo de 2007

en Madrid no hay mar, pero…

… tenemos otras cosas a las que quedarnos mirando ad intinitum. Mi preferida es una que últimamente corre peligro de extinción por obra y gracia de nuestro queridísimo alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, alias el topo.

Me gusta sentarme y verla: es como el fuego de una hoguera, que siempre cambia pero que permanece casi igual. Miro al frente y se me pueden pasar las horas muertas, pensando en mis cosas y disfrutando de ese constante iryvenir que me pasa por delante.

Es la M-30, y cada vez que me siento en estos bancos, veo este espectáculo.

Nota: a lo mejor no le encontráis la gracia al principio, pero os aseguro que, un rato después, envicia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No me gustan nada de nada esos bancos modernos de una sola persona son mogollón de autistas, que pongan los bancos de toda la vida esos que tenemos en Burgos pagados por las cajas locales y que en los pueblos estan tooo oxidados y molan mogollón.

Por cierto didi mirando el trafico??? ya estas jubilado y te as visto todas las obras de madrid para tener que recurrir al trafico, bufff buffff vete al retiro y mira algun arbol anda que eres mas de ciudad que los rascacielos.

Manuela Fernández dijo...

NO NOOOOOO ¡¡¡¡ no hemos tenido playa hasta ahora, Gallardón nos ha prometido una, nos la va a poner cerca del Puente de los Franceses. Para que tomemos el sol. Nos viene bien para los que ya estamos negros por dentro, ahora nos pondremos negros por fuera.