miércoles, 3 de enero de 2007

fauna madrileña: las mascotas tristes de Cortylandia

mascotas tristes: dícese de los seres que habitan en las cercanías de un conocido centro comercial madrileño y que intentan atraer la atención de los niños allí congregados agitando sus globos alargados como si de señuelos se tratasen.

Una de sus aficiones preferidas es su baile ritual, que ejecutan en la calle Maestro Victoria: todos situados frente al público y moviéndose con expresión cansina pero alegre al ritmo de la música.

Dibujo y montaje cortesía de R de Rachelangelo (ampliar).


Las mascotas tristes toman como referencia a personajes del imaginario colectivo animado, con especial preferencia hacia el mundo de Disney y al entrañable osito Winnie the Pooh, para inspirar afecto y ocultar al mismo tiempo su objetivo más avieso: ganar dinero.

Porque esa es la única motivación para estos curiosos seres, que sólo se dejan ver durante las fechas navideñas -pasan el resto del tiempo hibernando- y que celebran con regocijo cada moneda que los apurados padres les ofrecen a cambio de una efímera e hinchada escultura.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay, a mí los animnales tristes me dan como penita. Pero no en plan mal. Me dan como lástimá, no sé muy bien por qué

Anónimo dijo...

Pero como tristes... seguro que antes de meterse en el disfraz se han doblado un porro como su brazo, ese es unos de los pocos trabajos que estando fumado lo haces mejor, yo por lo menos estaria todo el dia fumado en ese curro.

Anónimo dijo...

las mascotas tristes dan un poco miedito...

Prevost dijo...

A mí no me importa en absoulto que se haga negocio con esto. Es como cualquier otro segmento.

Lo que sí me joroba es la forma como se vende. Yo iba con mi sobrino estas navidades y le hicieron una especie de jirafa en dos segundos con un globo cuando pasamos al lado, y se quedó mirando, y encima se la ponían en la mano.

Son x euros, decían a continuación. Evidentemente no le compramos nada. Menos mal que mi sobrino se olvidó pronto con el jaleo.

Anónimo dijo...

Equivocado estás, amigo. Estos animalitos tristes no hibernan al finalizar las fechas navideñas para regocijarse en su botín obtenido a costa de la inocencia de los niños. Durante todo el año se les puede ver por las zonas más concurridas del centro madrileño. En navidades aprovechan para concentrarse en torno al escenario de cortylandia, pero estar, están todo el año.
Se aprovechan de la inocencia y la ternura no más de lo que se aprovechan los grandes comercios.. La diferencia está en la tristeza que les envuelve a estos animalillos, que hace obvias las verdaderas intenciones, que en el otro caso se ven más camufladas.
Yo también estuve con mi sobrino de 5 años viendo cortylandia... Y él también se acercó a uno de estos personajillos camuflado de mickey Mouse, que le puso en la mano un perrito hecho con globos.. Pero al contrario del señor que escribió encima mía, no nos pidió "X" (que digo yo, se sintió tan indignado y ni recuerda la cantidad que le pidió por el globo?). Le pregunté cuanto costaba el globo y me contestó con acento extranjero que la voluntad.. Nose, yo prefiero darle a un "animalito triste" lo que yo quiera dar; a llevarle a algún chikipark de algunos grandes almacenes, donde cobran 6 euros por un globo de helio (verídico). Alomejor el pobre animal tiene hambre.